El Parlamento peruano declaró esta fecha como nuevo feriado nacional en honor a reconocido héroe de la aviación peruana.

El Congreso de la República ha establecido que el domingo 23 de julio será declarado feriado nacional en Perú, en honor al Día de la Fuerza Aérea del Perú y como tributo al valeroso sacrificio del capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzales. Esta fecha especial busca conmemorar y reconocer su heroísmo y contribución a la historia del país.

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La Ley n.º 31822, que introduce modificaciones a la Ley 16126, ha sido publicada en el Boletín de Normas Legales del diario oficial El Peruano este sábado 8 de julio. Mediante esta ley, se declara oficialmente a José Abelardo Quiñones Gonzales, capitán de la Fuerza Aérea del Perú, como héroe nacional. 

El dispositivo legal aprobado también incluye la incorporación del artículo 6 en la mencionada ley, con el propósito de cambiar el nombre de la Base Aérea Las Palmas a Base Aérea Las Palmas Capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzales.

¿Quién fue José Abelardo Quiñones?

José Abelardo Quiñones Gonzales, un destacado aviador de guerra peruano, dejó su huella en la primera mitad del siglo XX. Nació el 22 de abril de 1914 en Pimentel (Chiclayo) y dedicó su vida al servicio de las Fuerzas Armadas. Su carrera militar comenzó el 30 de marzo de 1935, cuando ingresó a la Escuela Central de Aviación Jorge Chávez.

Cuatro años más tarde, el 21 de enero de 1939, se graduó y obtuvo el grado de alférez. Durante la ceremonia, realizó una hazaña que se conoce como "Vuelo a la gloria", que lo catapultó a la fama. Mientras pilotaba el Capronni 113, realizó un giro de 180 grados y maniobró su aeronave de combate a solo un metro y medio del suelo. Esta audaz demostración de habilidad y destreza le valió reconocimiento y admiración.

¿Qué se conmemora el 23 de julio de cada año?

Cada año, el 23 de julio, se conmemora el valeroso sacrificio del capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzáles, quien entregó su vida durante el conflicto con Ecuador en 1941. 

En aquel año, el teniente Quiñones recibió la misión de bombardear un puesto militar ecuatoriano en la zona conocida como Quebrada Seca. Sin embargo, durante el desarrollo de la operación, su aeronave fue alcanzada por fuego antiaéreo enemigo, dejándola irremediablemente dañada. 

Ante la difícil situación, el valiente militar tomó una decisión trascendental: dirigió su avión hacia donde se encontraban las fuerzas ecuatorianas. De esta manera, logró destruir el puesto enemigo y cumplir con la misión encomendada, aunque pagó el precio más alto, su propia vida.